DANITURN IN THE RIVER

Recuerdo que era invierno, porque estaban todos en la cocina con las chaquetas puestas unos, y las mantas sobre la cabeza otros. Yo había llegado de trabajar de la emisora y mi intención solo era saludar e irme a dormir. Una vez más, la vida me propuso 2 caminos: irme a dormir, o quedarme un rato con mis compañeros y algunos colegas que éstos invitaron para "echar una partidita".

Estaban jugando a Póker, un juego que conocía pero al que jamás había jugado...nunca...ni por pipas.
Así que curioso, me quedé, y me invitaron a jugar con ellos. Más o menos sabía las bases del juego y las combinaciones ganadoras, pero tenían por si acaso una chuletita allí por si se me olvidaba en algún momento. Pronto vi que la mayoría sabía lo que se hacía, al fin y al cabo luchaban por un bote de 5 o 6 €uros, jeje. Yo me limite a mirar, aprender, y a esperar a tener una buena mano para apostar fichas... Fue una noche entretenida, mi primera partida... y oficialmente mi primer premio de Póker, 6 €uros. Acabé ganando. ¿La suerte del fish? Eso dicen...

La cuestión es que, más allá del premio meramente anecdótico, cuando fui a dormir analicé las sensaciones que había tenido jugando y me fascinaron. Nervios, temblores provocados no solo por el frío, subidas de adrenalina, taquicardias... Sé que si estás leyendo este blog, seguramente seas jugador de Póker y entenderás lo que te explico, para los que no lo sean o hayan jugado y no hayan sentido nada de eso, simplemente no es un juego para ellos, porque no les motiva. Igualmente que yo no me tiraría de un avión en paracaídas para sentir un chute de adrenalina, porque nada más pensarlo, lo único que me produce es miedo. Las sensaciones son personales e intransferibles y las mías jugando a Póker me hacen sentir bien, muy bien.

Así pues, se siguieron sucediendo las partidas en casa con los colegas y seguía haciendo buenas partidas, me encantaba revivir de nuevo todas esas sensaciones. Descubrí, con asombro, que era el juego que más me gustaba de todos los que ya había probado... no era cuestión de dinero...eso vino después.

Para mis amigos de toda la vida, los más cercanos a mi, y para mis familiares, tengo la sana obligación de tranquilizarles, que el Póker no es malo, que su imagen está maltrecha por leyendas urbanas, por películas de ficción... Yo juego al Póker porque me gusta las sensaciones que me produce...de igual manera que a la gran mayoría de los mortales se comen un helado, no por hambre, sino porque saben que van a disfrutar de él en un día caluroso. ¿Qué es más nocivo? ¿Engancharse al Póker, o comer helados día, tarde y noche todos los días de nuestra vida? Ni el Póker ni los helados son nocivos... Lo malo es no tener la suficiente inteligencia como para saber lo que a uno le perjudica seriamente. Como casi todo en la vida, el desconocimiento provoca inseguridad... seguramente si me tirara en paracaídas de un avión no pasaría nada... pero simplemente no me motiva intentarlo.

Este blog seguirá mi trayectoria como jugador aficionado de Póker, además de compartir otra serie de experiencias no relacionadas con el juego, al fin y al cabo, no soy un robot... Tengo sentimientos y soy una persona, así que me gustará compartir todo eso con los que me sigan. ¿Por qué? Simplemente porque compartir me da también unas sensaciones altamente gratificantes.

Gracias por tu tiempo...
Danitu.